domingo, 24 de julio de 2011

PROMOTOR DEL DESARROLLO HUMANO” 2

Por: Martha Zarate
   Existe una serie de problemas que enfrenta el movimiento Scout. En particular son tres los que despiertan en mí inquietudes respecto al tema de investigación:

Primer problema.
    Si bien dentro del método Scout se señala que se requiere la labor indirecta del adulto con total claridad. Observo como en la actualidad su participación ha puesto el acento en la autoridad del adulto más que en la del muchacho.  El fundador del  Escultismo   B-P  señala en su libro Guía para el Jefe de Tropa en su página 19 "El ESCULTISMO es un juego de muchachos, dirigido por ellos mismos, y para el cual los hermanos  mayores pueden proporcionar a los menores un ambiente sano y animarlos a entregarse a aquellas actividades saludables que son conducentes a despertar las virtudes de la CIUDADANÍA" .

Segundo problema.
   En cuanto a la segunda inquietud hasta donde yo  realicé mi revisión no existen trabajos que "formalicen" el Escultismo. Es decir, trabajos que a la luz de los conocimientos de las ciencias sociales "transparenten el Escultismo". ¿Qué sucede por ejemplo cuando un adulto que se acerca al movimiento no tiene vivencia  Scout? Lo que pasa con frecuencia es que al enfrentarse a la práctica del Escultismo utiliza como referencia el conocimiento a partir de la literatura Scout más que a partir de la experiencia. Desde luego que su propia experiencia es un factor pero carece en general de la  sensibilización que de una manera preliminar llamaré, parafraseando a Carl Rogers como “Enfoque Centrado en el Scout”.
   Si bien por otro lado el movimiento Scout  es profundamente experiencial, se carece de información y de comprensión en relación con la manera de provocar la sensibilización de los adultos scouters, que permita mejorar su desempeño en su labor estimulante más no interferente en el Escultismo Tercer problema.
   Hay una tendencia actual de muchos Scouters por creer que el objetivo último del Escultismo es lograr divertir al scout, así como trascender el Escultismo “trasnochado” de B.P. sustituyéndolo con una versión “moderna”. Con frecuencia estas posturas ignoran profundamente el método y programas scouts. Carentes por igual de  vivencias sustanciales del Escultismo que nos heredó el fundador, por citar sólo algunos rasgos ejemplificativos de lo anterior: La cabullería o arte de hacer nudos que favorece el desarrollo psicomotriz, las canciones scouts motivadoras y guías para el sentido de pertenencia, las actividades al aire libre invitación al misticismo, al desarrollo corporal y ecológico, el sistema  de trabajo en grupos pequeños que enseña como integrarse en equipos autogestivos, las actividades generales reforzadoras de disciplina, competencia, eficiencia y eficacia, los principios, virtudes, ley y promesa scouts que favorecen el desarrollo espiritual y actitudes humanitarias. Y un sinfín  de características que promueven la hermandad sin distinción de clase, raza, credo, nacionalidad o clase social.
   Es necesario rescatar la peculiaridad del movimiento Scout, que si bien se aproxima en ciertos aspectos tanto a la Educación Activa como a los principios del Desarrollo Humano, también tiene ciertos objetivos que lo hacen único e irrepetible. Hemos señalado ya algunos elementos comunes a la Educación Activa y al Desarrollo Humano, a saber, la empatía, la confianza, la congruencia, la aceptación; la disciplina, el aprendizaje significativo, la educación personalizada, la educación empírica. Sin embargo, el Escultismo también es otro conjunto de cosas: el honor, los valores morales, el fuerte sentido de pertenencia que se refuerza con las ceremonias de
iniciación, la combinación de libertad y rigor, el énfasis en el necesario fortalecimiento del carácter, la espiritualidad, la actividad dirigida específicamente a actividades asistenciales y de apoyo social, le dan un cariz más amplio.
   Así, es indudable que para su fundador, Lord Baden Powell, ciertos valores inspirados en el arquetipo del Caballero o del Guerrero son fundamentales en la educación del Scout. Él desea rescatar la idea del honor, que tan poco se valora en numerosos ámbitos de la vida moderna. Así, la caballerosidad y la probidad son inspirados e inculcados a partir del “Código de Honor de los caballeros medievales” (Baden Powell, 1997b, p.39). Y más adelante Baden Powell continúa: “El ideal de los caballeros y el principio de rectitud en las acciones son,  por sobre todo, lo primero que debe inculcarse en los muchachos para guiarlos por el limpio sendero de la justicia que debe formar parte de su carácter, si es que desean llegar a ser buenos ciudadanos”

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