domingo, 24 de julio de 2011

La posibilidad de educar en el juego

Por: MarthaZarate

"Tratemos de dejar el mundo un poco mejor de cómo lo hemos encontrado”
Muchas veces cuando preguntamos a los niños o jóvenes ¿Qué hiciste? la respuesta es: “Nada estuvimos jugando toda la tarde” y no nos damos cuenta que en realidad han hecho mucho más que “nada”.

    Planteemos una situación de lo más ingenua, un grupo de chicos y chicas que se reúnen en grupo y tras una corta carrera llegan a un punto, realizan un nudo sobre un palo y vuelven al punto de partida para que el segundo realice la misma tarea. En apariencia es sólo un juego sin mucha preparación pero, si miramos con más justeza podremos apreciar que ese grupo de chicos han trabajado en equipo, han desarrollado su locomoción, han utilizado vista para ver el camino a recorrer, su tacto para atar la cuerda, su memoria para recordar la consigna y el nudo, su coordinación para que el nudo quede firme, seguramente habrán utilizado algún tipo de estrategia y han utilizado una sana competencia entre ellos. Si al juego le damos un fin pedagógico es mucho más que un simple juego y nos ha servido para ver muchas actitudes y cualidades sin que los participantes lo noten.
    Como grupo scout planteamos el juego como espacio de experiencias, en que el joven no es un espectador sino que toma un rol activo. En el juego adoptará roles diversos, descubrirá reglas, se asociará junto a otros, asumirá responsabilidades, medirá fuerzas, evaluará sus aciertos y sus errores. De estos aciertos y errores le quedarán conclusiones que poco a poco lo irán formando y harán que madure.
    El juego Scout es un juego en equipo, es un juego social. La asociación de jóvenes en pequeños grupos, facilita el establecimiento de una atmósfera adecuada para la identificación y realización de proyectos o intereses comunes; el conocimiento del otro, la creación de verdaderos lazos afectivos, el desarrollo de comportamientos sociales y la adquisición de valores. Por esto vemos muchas veces trabajar a los chicos en patrullas o equipos que es donde mejor se desenvuelven porque ese es su ámbito.  La acción en el pequeño grupo surge de los intereses, de la imaginación de sus integrantes, y se convierte en el motor del trabajo cooperativo. Es en el pequeño grupo donde los jóvenes comienzan a participar en la toma de decisiones y en la cogestión de su ejercicio democrático, la búsqueda del consenso, la confrontación de ideas y la cooperación. Es allí donde aceptan progresivamente responsabilidades y se convertirá poco a poco en responsable de si mismo, de su propia educación, de su vida.  En el juego las reglas no se imponen, ni se estudian de un reglamento, se descubren en el juego mismo, se ponen en práctica y por fin se incorporan como algo personal y valioso. Algo que cada uno acepta por convencimiento y que adhiere como forma de vida. Muchas veces, además, cuando el niño ya ha asumido esta función participa activamente en la generación de sus propias actividades y juegos.
   En la Ley Scout están las reglas del juego que propone el Movimiento. En la Promesa Scout, la manifestación del libre compromiso del joven en hacer todo lo que de él dependa para vivir de acuerdo con la Ley. La fuerza transformadora de las reglas del juego Scout (Promesa y Ley) - radica en la adhesión libre y voluntaria de los jóvenes a vivir el modelo de persona que proponen.
    El rol del adulto en el juego que el Movimiento Scout propone, es el de propiciar y facilitar que el juego se realice, que sea enriquecedor, que todos participen plenamente y que a partir de la participación puedan crecer, descubrir, construir, aprender. En síntesis dar un paso más en el camino de su desarrollo.
    La naturaleza es el ambiente privilegiado del juego. La naturaleza como escenario de reencuentro con la Creación, con la armonía de nuestros ritmos interiores y con los desafíos que llevan al hombre a organizarse socialmente y a encontrar un sentido nuevo y sano a la vida en grupo, en sociedad. Podemos ver en la naturaleza la fuerza creadora de Dios y hacer que los participantes del juego vean esta grandeza.   Es de la misma vida social de los muchachos donde nace el juego y es precisamente este juego lo que el escultismo enriquece. A partir de este punto, el escultismo se constituye en un medio o ambiente secundario más rico en experiencias y, por ende, más “natural”. 
     El escultismo surge de los muchachos allí donde ellos viven, en su propio ambiente con todas sus deficiencias. No los lleva a un espacio ideal o a otra ciudad, sólo lo hace en su imaginación. Ese marco vital suscita bandas y las bandas juegan. A partir de ese sistema de patrullas, de este juego social espontáneo, el escultismo crea un medio más rico que permite la exploración de los dinamismos y del ambiente.  El juego “natural” permite así la construcción de una naturaleza, es decir, de un marco vital en el que la experiencia libre es posible. Este marco natural es la unidad scout, nacida de un marco de vida real con todas sus deficiencias.  La unidad scout es, a la vez, juego y naturaleza; juego enriquecido y naturaleza constituida.
    El juego ayuda a desarrollar algunas cualidades y a combatir algunos defectos. En el juego cada muchacho saca a relucir sus defectos y cualidades en forma espontánea, lo que permite al adulto que los observa deducir importantes conclusiones para su futura labor educativa. 

Algunas de las cualidades que podemos observar son:
•    sentido de equipo, que se ve en el grado de individualismo de cada participante. 
•    responsabilidad, cumpliendo la tarea que cada uno tiene en el juego. 
•    lealtad, ya que en los juegos es tentadora la idea de hacer trampas. 
•    resistencia, destreza y reflejos, cualidades físicas que son importante fomentar en los niños.
Por último, dijo cierta vez nuestro fundador “Traten de dejar el mundo un poco mejor de cómo lo han encontrado” por medio del juego y del compromiso en actividades con la juventud es que tratamos de hacerlo. Esperemos poder cumplir con esta consigna del gran juego scout.
Grupo Scout San Francisco Javier 
Parroquia Santísima Trinidad
Rafael Calzada Bueno Aires

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